Nieve
Afuera se acerca el coche de las nieves
Trayendo su termómetro de ultratumba
Y me adormezco con el ruido del piano lunar
Cuando se estrujan las nubes y cae la lluvia
Cae
Nieve con gusto a universo
Cae
Nieve que huele a mar
VICENTE HUIDOBRO, Invierno Para Beberlo.
Me gusta la nieve. Me gustan los abrigos y la lana; los gorros, las bufandas de colores. Me gustan los lugares donde las estaciones marcan el año. Me gusta el otoño y los inviernos bien educados; esos que saben retirarse antes de incomodar. Me gustan los veranos, pero los de allá abajo, que nos obsequian un respiro al atardecer. Me gusta imaginar a mis amigos cerrando el semestre, poniendo notas y promedios finales; a mis sobrinos ansiando sus vacaciones eternas, esas que nunca más tuvimos. Me gusta ese pequeño gran desfase en que vivimos, nadie adelante ni atrás, cada uno en su estación, su parada, su ciclo.
Nieva sobre Georgetown. A unos metros, el Potomac hace lo imposible por no desentonar.
Nieva sobre Georgetown. A unos metros, el Potomac hace lo imposible por no desentonar.
10 comentarios:
yo con los ascensores tengo algo más parecido al odio
Ahhh, el Potomac. Siempre pensé que era un nombre de otro planeta. El nombre de las aguas que hacen el río que hace la ciudadela -cuasi porno cuasi sci-fi- en la que tristes marcianos tristes desembarcan a beber Annapólika de Annapoliská.
Y ese terrícola, ¿lo ve usté? llamado Edgar Allan, sentado en la barra junto el demonio de la perversidad.
Muchos recuerdos, Annapóliffa, trae usted a mi memoria.
Y yo prefiero olvidar.
Salud!
No ví como acceder a los comentarios del último post. Así que aquí no más!
Primero: hace unos días atrás leí a tu padre en La Tercera... arreglando la educación chilena... ni Platón, ni Piagget, ni nadie lo va a poder hacer si no se vuelve a creer que "la disciplina", "el rigor", van por sobre cualquier otro elemento.
Segundo: a los ascensores les tengo un grado de desconfianza... más cuando supe que en Santiago morían 5 a 6 personas mensualmente por algún accidente involucrado con ellos.
Tercero: la imagen del post de arriba, "ascensores", eres tú? ciert? Así te recuerdo yo. Una vez mi socio Tomate, que estudiaba Ed. Física, y que identificaba muy bien, me dijo que si él tuviera el don escribir poemas, estaría toda la vida haciéndolos para tí! Después me dijo: "mándale saludos!", igual que los cabros chicos.
Cuarto: Como siempre, muy grato venir a pasear a tu blog. Buena onda y que lo pases bien en las fiestas que se acercan.
"cada uno en su estación, su parada, su ciclo"... muy cierto.
recuerdo hace años haber llamado por teléfono a alguien algunas veces, y cuando cortaba me daba la impresión que todo se volvía blanco y de pronto comenzaba a nevar (y estábamos en pleno verano).
A mi también me gustan, mi querida Polaf. Y también los veranos de aquí arriba.
;)
un beso.
la nieve y los ascensores... es melancolico uno y misterioso el otro.
"quizás sea [...] que mi alma la dejé extraviada en alguna "ciudad hostil" o, que en términos neoplatónicos: mi alma viaja más despacio que mi cuerpo."
Rilke decía que nuestra soledad es como una sombra que nos sigue a todos lados para que platiquemos con ella.
Quizá nuestra alma, como la soledad o nuestra sombra, o las tres, gustan jugar dilatándose para que nos demos cuenta de ella. Justo como un travieso juego de niños, se divierte abriendo puertas eléctricas o asomándose a través de la retina.
Quien sabe, a lo mejor sólo es esa cautivadora estela invisible que te acompaña a todos lados.
Saludos, y feliz año, querida Polaf.
Que el próximo año sigas siendo igualmente dulce polaf
Te abraza
Nadie (que es alguien)
felices fiestas Polaf, encantrado de verte este año que ya se va, fue una gran sorpresa, aun recuerdo las risas, ya le dí tus saludos a R....tengo sueño y Valdivia esta donde mismo...asi que anduviste de paseo por centro Am!...beso
ahhh y las pinturas de la nive estan muy buenas, esa casitas entre el paisaje ruso ese mmmm...abrazo
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