7 y futuro
Nunca pensé llegar al momento en el que el viaje que hice a Europa con mi amiga X comenzará a formar parte de nuestra nostalgia. Esto a raíz de un comentario que X me hizo hace unos días. A los amigos uno los identifica con momentos bien precisos. Se tiene amigos del colegio, amigos de la universidad, amigos para carretear, para conversar, para confiar, para copuchar, para llorar, para estar en silencio. Algunos caen en una categoría, otros en varias, los menos en todas. Yo tengo bien pocos amigos y eso no es una queja. Todo lo contrario. Me precio mucho de los amigos que tengo, es más, sin exagerar, creo que son lo mejor del mundo.
Mi amiga X viene de mi período universitario, pero como el resto, no se remite exclusivamente a él. Con X estudiábamos juntas, nos sentábamos juntas en clases, viajábamos juntas en las vacaciones de invierno. Saltábamos rejas después de fiestas mechonas, nos poníamos a pololear al mismo tiempo, e incluso una vez, fuimos juntas al doctor. Detalles de esto último mejor no doy, pero si puedo decir que fue entre chistoso y bochornoso.
El jueves pasado estuve con ella y curiosamente en vez de producirme nostalgia, esta vez me abrió una ventanita al futuro. Lo extraño es que hicimos más o menos lo de siempre, recordamos a los mismos, nos reímos de las mismas tallas. ¿De dónde salió esa ventana entonces? Es verdad que he andado bien pegada con el futuro . Pronto se me abre un nuevo presente. Pero mi futuro es casi discursivo. El de mi amiga es distinto. El suyo es tangible: habla, crece, es su anverso y reverso. Su futuro al terminar la noche la espera "calientita como un guatero" y le recuerda que si hay futuro. Es que en su futuro mi amiga siempre será esos ojitos que la evocan. Su impulso siempre estará cargado de nuevos aires.
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Foto: Polaf
Mi amiga X viene de mi período universitario, pero como el resto, no se remite exclusivamente a él. Con X estudiábamos juntas, nos sentábamos juntas en clases, viajábamos juntas en las vacaciones de invierno. Saltábamos rejas después de fiestas mechonas, nos poníamos a pololear al mismo tiempo, e incluso una vez, fuimos juntas al doctor. Detalles de esto último mejor no doy, pero si puedo decir que fue entre chistoso y bochornoso.
El jueves pasado estuve con ella y curiosamente en vez de producirme nostalgia, esta vez me abrió una ventanita al futuro. Lo extraño es que hicimos más o menos lo de siempre, recordamos a los mismos, nos reímos de las mismas tallas. ¿De dónde salió esa ventana entonces? Es verdad que he andado bien pegada con el futuro . Pronto se me abre un nuevo presente. Pero mi futuro es casi discursivo. El de mi amiga es distinto. El suyo es tangible: habla, crece, es su anverso y reverso. Su futuro al terminar la noche la espera "calientita como un guatero" y le recuerda que si hay futuro. Es que en su futuro mi amiga siempre será esos ojitos que la evocan. Su impulso siempre estará cargado de nuevos aires.
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Foto: Polaf
2 comentarios:
Dulce envidia provoca esa noción de futuro... tan añorada y tan lejana al mismo tiempo.
Que bonita la amistad, y que bonito poder compartir ese futuro con personas tan lindas a las que te mereces y que te merecen.
Besos!
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