El otro día caminaba hacia el Rodoviario (extraño nombre que tenemos los viñamarinos para referirnos al terminal de buses) y en una de esas vitrinas que de novedad sólo tiene los recuerdos que nos traen, vi una caja de Anilinas Mont Blanc: esa cajita dorada con letras rojas, una cordillera y una cruz. La mire y recordé la casa de ladrillos rojos y pasto, mucho pasto. Recordé a mi abuela. Cuando éramos chicos ella siempre andaba detrás de nuestras zapatillas para lavarlas, nuestros calcetines para zurcirlos y de nuestros jeans que de tan gastados no sabíamos si tirarlos a la basura o simplemente asumirlos "enchulados" como les ha dado por decir hoy. Mi abuela nos daba una tercera opción: teñirlos. En una olla gigante se metían los pantalones en agua humeante y luego se tiraban los polvitos mágicos: rojos, negros, verdes, azules, amarillos. Tantos colores. Los revolvíamos, nos reíamos y al otro día esos trapos viejos amanecían como nuevos. Alquimia de abuelos. Hoy quisiera tener a mi abuela conmigo y pedirle que me tiñera el corazón, amanecer con un corazón rojo, rojo inocencia.
El otro día caminaba hacia el Rodoviario (extraño nombre que tenemos los viñamarinos para referirnos al terminal de buses) y en una de esas vitrinas que de novedad sólo tiene los recuerdos que nos traen, vi una caja de Anilinas Mont Blanc: esa cajita dorada con letras rojas, una cordillera y una cruz. La mire y recordé la casa de ladrillos rojos y pasto, mucho pasto. Recordé a mi abuela. Cuando éramos chicos ella siempre andaba detrás de nuestras zapatillas para lavarlas, nuestros calcetines para zurcirlos y de nuestros jeans que de tan gastados no sabíamos si tirarlos a la basura o simplemente asumirlos "enchulados" como les ha dado por decir hoy. Mi abuela nos daba una tercera opción: teñirlos. En una olla gigante se metían los pantalones en agua humeante y luego se tiraban los polvitos mágicos: rojos, negros, verdes, azules, amarillos. Tantos colores. Los revolvíamos, nos reíamos y al otro día esos trapos viejos amanecían como nuevos. Alquimia de abuelos. Hoy quisiera tener a mi abuela conmigo y pedirle que me tiñera el corazón, amanecer con un corazón rojo, rojo inocencia.
18 comentarios:
yo también recuerdo las anilinas... en este caso, de la Dominga... y esta vez tambien le pediría que me tiñera el corazón rojo, pero rojo pasión.
Qué bonito post. Las abuelas siempre tenían remedios mágicos...
Un beso.
Por cierto, ¿cambiaste aquello que se acercaba?
Seguro que esté donde esté tu teñiste hoy el suyo con tus sentimientos ;)
yo aún las uso! jeje.
Yo tengo a mi abuela viva, pero tampoco sé como aprovecharla, sé que tengo que hacerlo pero no lo hago.
=_=
Huy, huy, sos una niña muy dulce. No tenía idea qué son anilinas (y creo que aún tampoco). Seguiré por acá hasta ´"el infinito y más allá" :) , como los números... El próximo es el once, ¿no?
mi padrino de vez en cuando tiñe sus pantalones, tb posee el poder d ehacer nuevo lo viejo, las cajitas de anilina me las regala a mí por que sabe que me sirven para guardar mis tesoros que son más bien cachureos chicos... pero qué más da... me los regala igual.
me gustó leerte, de pura intrusa que soy no más...
saludos =)
Eres linda, me caes bien y te voy a echar de menos.
Ah, y eres la prueba que refuta tu tesis acerca de las mujeres y la ingenuidad.
Buen viaje =)
Me encanta tu prosa.
oh gracias! =) yo adoro como escribes tú
saludos!
Me ha gustado mucho tu blog, me parece una mezcla interesante entre arte y nostalgia. Creo que esta última, comienza a ser un visitante asiduo a nuestras vidas, aún cuando todavía tenemos tanto recuerdo por construir...
He leído tus post uno a uno, te pillè no sé cómo; es la magia de los blogs. Cada uno más lindo que el anterior, cada vez más alta, y bella y algo así como triste, pero no; es sólo eso que le pasa al corazón o al alma cuando se encuentra con lo bello. Eso que nos pasa, quiero decir.
Ya te linké.
(ESTE ES UN COMMENT COMÚN)
AMIGOS: les he escrito respuestas a sus comentarios al pie de ellos, en mi blog El karma de Vivir al Sur. Gracias por sus visitas y palabras.
carlos.
No nos dejes mucho tiempo sin esa extraña y seductora recreación de tu persona en tus palabras.
Saludos.
digo lo mismo... no tengas miedo de escribir.
Yo también me acordé de mi abuela al ver esa cajita. Lindo tu blog y mejor tu prosa. Leerlo me sirvió de descanso. saludos desde La Serena
Jodida tempestad de piratas de bañera, dónde cojones habías estado todo este tiempo fuera de mi vida??
Precioso post. Es bonito saber que mi madre estará con tu abuelita. Y respecto a ese corazoncoito, yo estoy segura que si lo sabes ver bien, lo verás rojo como el amor y con esa inocencia tan pura que caracterizan a los niños.
Besos!
hola...que lindo recordar lso sucesos de la infancia... yo tambien sigo tiñendo... me encanta la alquimia...
las montblanc tienen un sitio superbueno http://www.montblanc.cl
hay videos para ver como teñir ahora en una maquina lavadora...hay que saber aprovechar la tecnologia al alcance de la mano..chauuuu
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