30.1.06

18 y Libros.


Libros se amontonan de costado
El izquierdo esta vez
Palabras me entran de horizonte
A medio sueño
En el parpadeo lento y nocturno
Libros se amontonan en mi costado
Caminan al abismo y desde ahí me miran
Nada dicen, nada piden
Sólo observan al cabello vestirse de sueño
____________________
Foto: Polaf
Escucho: Ransom Wilson & Christopher O'Riley, Les Chemins de l´ Amour.

9 comentarios:

cinodo dijo...

libros...
mis libros...
acogen los atribulados pensamientos de las noches cansadas,
de los sueños que enceguecen la cordura.

punkserastu dijo...

Es perfecto como dices lo que dices... así que no sé qué podría decir yo de mejor manera a como tú lo dices...

Carlos dijo...

Qué lindo, Polaf.

Y a propósito de tu visita, seré una tumba, Pola(f); gracias por tu visita... y confesiones ;)

Qatar...lo nombro y ensueño. Quizás algún día lo conoceré y, tal vez, lleve en mi bolsillo las notas y mapas de una anterior visitante.

cariños.

Carlos dijo...

Lindo tema, el exilio. El exilio obvio y duro que provocan las tiranías, y el otro más sutil, ese exilio metafísico, ese que nos tiñe de nostalgia eterna.

¿Conoces a una banda llamada King Crimson? En su época setentera hicieron un tema, Exiles, me parece. Si lo encuentro y aprendo cómo compartirlo en la red, te lo mando.

punkserastu dijo...

ando por acá... como fantasma... no hay sueño... un beso...

Gatomauro dijo...

Muchos recuerdos...

idou_picio dijo...

Encuentro algo onírico en la foto.

Tal vez tu cabello, o el predominio del rojo. Puede ser que sea el día que entra por la ventana como una pantalla de luz. Orden, pulcritud, libros encimados --como debe de ser el buen aspecto caótico de la lectura-- y un conjunto de emociones que se encuentran suspendidas en no sé qué lugar de mi vista.

Saludos.

tuerten dijo...

Yo también los tengo al lado de la cama, y pienso a veces que cuando me estoy quedando dormido, ellos intercambian sus historias: Dostoievski escribe una novela sobre un tal Gatsby, Faulkner decididamente apuesta por una viaje de fantasía a Liliput, Kerouac se fascina con un empleado leguleyo llamado Bartleby (he rather not), mientras Shakespeare, (oh, Shakespeare), pone punto final a toda fauna filosófica con su Tractatus Logico- Philosophicus.

Cuando despierto, ya está todo en orden.

Me gustó tu blog.

SiempreBuena dijo...

mis libros me miran de frente en una habitación, amontonados en una repisa blanca, en otra habitación me miran desde un escritorio todos desordenados, preguntándose cuando los tocaré otra vez.