3 y rojo
Qué puedo decir, este fin de semana no fue de lo más entretenido. Pensaba ir a bailar el sábado y, hoy lunes, quería escuchar a Moby, pero los ojos me lagrimeaban y mis párpados mostraban vestigios de horas de llanto sin dolor. ¿Cómo explicarle al mirón en la calle que no era tristeza sino simple resfrío? La gente siempre tiende a pensar lo peor y, bueno, yo me incluyo en esa tendencia un tanto tremendista. Ahora, debo reconocer que últimamente he tomado la manía de pensar tanto las cosas, que casi logro quitarles su coherencia. Las cosas cuando pierden su cordura parecen ser menos terribles. Es que al final, esa resistencia a la realidad termina por incluirnos también a nosotros.
Mientras escribo, en la tele, pasan una película Argentina. El protagonista es un profesor de estética y psicópata de mentira que habla de De Quincey. El actor es el que salía en El lado oscuro del corazón, o para las generaciones de después de los ochenta; el que actuaba en la penúltima de Almodóvar, Habla con ella. Me intriga un poco, es decir, más bien atrae mi mirada. La sala proyectada tiene un piso rojo intenso. Sí, ando un poco pegada con el rojo (creo que ando pegada desde que pedí cuando chica que me compraran unos zapatos de ese color). Aún no he podido dejarlo. La serie sigue siendo roja y negra, aunque hoy por la mañana, al pintar el octavo cuadro, sentí algo así como tedio. Creo que es una señal clara de que pronto debo cambiar. Espero que ese cambio de color implique también un vuelco de vida. Es que lo necesito. Me urge llegar al otro lado. ¿De qué color será?
PD: La película se llama Palabras Encadenadas y el asesino era de verdad.
Mientras escribo, en la tele, pasan una película Argentina. El protagonista es un profesor de estética y psicópata de mentira que habla de De Quincey. El actor es el que salía en El lado oscuro del corazón, o para las generaciones de después de los ochenta; el que actuaba en la penúltima de Almodóvar, Habla con ella. Me intriga un poco, es decir, más bien atrae mi mirada. La sala proyectada tiene un piso rojo intenso. Sí, ando un poco pegada con el rojo (creo que ando pegada desde que pedí cuando chica que me compraran unos zapatos de ese color). Aún no he podido dejarlo. La serie sigue siendo roja y negra, aunque hoy por la mañana, al pintar el octavo cuadro, sentí algo así como tedio. Creo que es una señal clara de que pronto debo cambiar. Espero que ese cambio de color implique también un vuelco de vida. Es que lo necesito. Me urge llegar al otro lado. ¿De qué color será?
PD: La película se llama Palabras Encadenadas y el asesino era de verdad.
Foto: Polaf ©
2 comentarios:
celeste con dorado
azul cielo o verde esperanza.
Besos
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