4 y el mar
Cambio de ventana. De cordillera a mar. Sí, estoy en Viña. Estoy con mis amigos, esos que ya considero mi familia. C duerme (espero sueñe algo lindo, algo así como correr por el agua o con ese mundo que un día le pinté). El Mauro escribe y yo la copiona hago lo mismo. Es un poco raro eso de andar mirando como otro escribe. Escuchamos a Rosario. Un poco melancólico, pero tampoco demasiado, son tan sólo las 11:52 de la mañana. El Mauro me dice que está triste. Yo lo sé. Como también sé de la pena de C. Extraña sensación. Inconmesurable tristeza que prefiere no traducirse en palabras y que a fuerza de silencio se siente más, duele más.
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Pintura: Polaf
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Pintura: Polaf
3 comentarios:
lamentablemente el silencio, a veces, es la única expresión posible.
¿Donde hay islas de arroz?
Me encanta el mar, y me gusta el silencio. Aunque lo que más me gustaría, sin duda alguna, es saber exteriorizar esa tristeza que en ocasiones sentimos y que nos parte el corazón y el alma.
Besitos!
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