17 y tesis.
Después de colgar caminé por la playa. Me compré una botella de agua y me senté a mirar el mar. A ras de suelo el sol me impedía ver bien el cielo. Pasados unos minutos me sentí un poco mal, aún no había tocado la arena. Me gusta mucho la sensación de derrota que experimentan mis dedos ante la invasión de esos granitos, como también me reconforta de igual forma, expulsarlos con energía sacudiendo mis manos al aire. A mi lado una señora dormía profundamente. Y pensé en mi pieza. No la de allá, la de acá, esa amarilla con estrellas y una media luna que cuando la luz la traspasa, crece en mi pared. Mi cama siempre la tuve al lado de la ventana. Mi sueño era tener una pieza con un techo de vidrio. Lanzarme sobre las sábanas y quedarme por noches mirando boca arriba.
Cambié la canción, nunca me ha gustado escuchar un CD de corrido. Hacia la 13 mis dedos se detuvieron. Me levanté sumergiéndome en la ingravidez de la melodía y la bruma del océano de mediados de Junio. Sin dificultad detuve una micro y me subí. Recorrí ese camino que hice por años y al llegar a la calle libertad me bajé. Caminé por ahí, tomé un café y comí un chacarero. Deambulé un rato más y entré a una librería. Ojee libros, miré fotos, recorrí estantes y ya cuando me decidía a salir con las manos vacías, me encontré con El obsceno pájaro de la noche. No lo había leído. Lo compré, junto con otro de Donoso: El jardín de al lado. Al salir ya era de noche y decidí volver. En el camino saqué uno de los dos libros, abrí la primera página y en ella me encontré con esto:
Cambié la canción, nunca me ha gustado escuchar un CD de corrido. Hacia la 13 mis dedos se detuvieron. Me levanté sumergiéndome en la ingravidez de la melodía y la bruma del océano de mediados de Junio. Sin dificultad detuve una micro y me subí. Recorrí ese camino que hice por años y al llegar a la calle libertad me bajé. Caminé por ahí, tomé un café y comí un chacarero. Deambulé un rato más y entré a una librería. Ojee libros, miré fotos, recorrí estantes y ya cuando me decidía a salir con las manos vacías, me encontré con El obsceno pájaro de la noche. No lo había leído. Lo compré, junto con otro de Donoso: El jardín de al lado. Al salir ya era de noche y decidí volver. En el camino saqué uno de los dos libros, abrí la primera página y en ella me encontré con esto:
“Dices: Iré a otra tierra, hacia otro mar
Y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez
Donde vuelvo mis ojos sólo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí
No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques –no la hay-,
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra”
Constantino Cavafis.
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Esto lo escribí en Junio del 2003 en Reñanca.Recuerdo que la cita produjo un impacto bastante fuerte en mi. Por ese tiempo andaba en el proceso de búsqueda del tema de mi tesis de doctorado (tesis que aún me pena). Sabía que sería algo relacionado con imágenes, cine probablemente, pero aun no tenía claro el tema, o quizás no es cierto, si lo sabía, el punto es que no había encontrado aún un nombre que se ajustara a la academia. Decir que mi tesis iba a tratar sobre nostalgia y melancolía sonaba por un lado, demasiado pretencioso, y por el otro, poco “in” en términos de la academia americana. Debía entonces encontrar esa palabra aceptable. Después de varias investigaciones la encontré. Eran las vísperas de una navidad nevada.
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Dibujo: Polaf
Música: Concierto para Clarinete en A mayor. W.A. Mozart.
7 comentarios:
Hermoso día.No me olvides.
-La Adelfa Blanca-
que bello el texto, tiene de existencialismo, de nostalgias, de memorias, de recorridos mixtos: la tierra acá y el espíritu más allá, como dos notas del mismo instrumento. Saludos muy nostálgicos Polaf.
me gustó la pintura...habla de otra oportunidad para pola(f),aunque la música todavía mira hacia el pasado...
adelante...adelante.
Sobra decir que me ha encantado cómo escribes y acerca de qué escribes. Lo que no sobra decir es que uno de mis sueños de niña también era tener una pieza con un techo de vidrio. Dormir bajo las estrellas, sin pasar frío, je, je…
Me he tomado la libertad de agregarte a mis links. Espero que no te moleste.
Estuve leyendo tu pág web y mirando el video del cumpleaños simultáneo con la Vivi, y m emocioné y me puse a llorar, no sé por5 qué. Saludos.
estimada pola(f):
Bella la imagen y la historia; bello tu modo de compartir con nosotros tu vida, o esos pedacitos de vida que la hacen significativa.
Kavafis o Cavafis es tremendo. Lo conocí con un poema llamado Ítaca. Lo pondré en mi blog uno de estos días.
Curiosidades: ¿qué palabra encontraste para nombrar tu inquietud?
¿dónde estás viviendo?
¿es posible ver tus pinturas en vivo en algún lugar actual o en algún futuro próximo?
Que lindo texto. Me gustó eso de los dedos y los granitos de arena.
Y me gusta Kavafis. Con mucha frecuencia leo "El dios abandona a Antonio" ( ese que dice "Cuando de pronto a media noche oigas/ pasar una invisible compañía..." ) No sé para qué lo leo tanto.
Comparto una de las curiosidades de Carlos: ¿Qué palabra encontraste para nombrar tu inquietud?. Sé la repuesta a las otras interrogantes.
Gracias por el post. Cuentame que te pareció la película. Y bakan lo del perro, espero la foto!
Saludos, amiga
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